¿Te preguntas si usar frío o calor para aliviar tus dolores?
En este artículo, explicamos cuándo y cómo aplicar estas terapias de forma efectiva. Descubre cómo complementar tu tratamiento y mejorar tu bienestar.
La elección entre frío y calor es una pregunta común para aquellos que buscan alivio del dolor. Ambas terapias pueden ser herramientas útiles como parte de tu tratamiento, pero es crucial saber cuándo y cómo usarlas adecuadamente. A continuación, desglosamos todo lo que necesitas saber sobre la aplicación de frío y calor para lesiones y dolores.
¿Frío o Calor?
La elección entre frío y calor depende de varios factores, incluido el tipo de lesión, su cronología y tus síntomas. Si bien estas terapias no constituyen un tratamiento por sí mismas, pueden ser un complemento terapéutico valioso.
Crioterapia o Aplicación de Frío:
La crioterapia implica la aplicación de frío para reducir la inflamación, disminuir la temperatura y aliviar el dolor. Es especialmente útil en las etapas iniciales de una lesión.
¿Cuándo aplicarlo? Durante las primeras 24 - 48 horas tras la lesión.
¿Cómo aplicarlo? Utiliza bolsas de hielo, hielo triturado en una bolsa o paquetes de hielo reutilizables cubiertos con un paño.
¿Cuánto tiempo aplicarlo? De 10 a 15 minutos, con un intervalo de al menos 2 horas entre aplicaciones.
¿En qué lesiones aplicarlo? Esguinces, roturas de fibras, contusiones, luxaciones, fracturas y tendinitis (consulta a un médico si no estás seguro).
Contraindicaciones:
Evita la crioterapia después de la fase inflamatoria y en casos de problemas circulatorios, piel sensible o heridas abiertas.
Termoterapia o Aplicación de Calor:
La termoterapia implica la aplicación de calor para aumentar el flujo sanguíneo, aliviar el dolor y relajar los músculos. Se utiliza en etapas posteriores de una lesión.
¿Cuándo aplicarlo? Siempre después de la fase inflamatoria.
¿Cómo aplicarlo? Puedes usar una manta eléctrica, un saco de semillas, lámpara infrarrojos o parafina, entre otros métodos.
¿Cuánto tiempo aplicarlo? Alrededor de 20 minutos, de 2 a 4 veces al día.
¿En qué lesiones aplicarlo? Dolores crónicos, lesiones musculares, tendinitis crónicas y dolores debidos a malas posturas.
Contraindicaciones:
Nunca apliques calor durante la fase inflamatoria, infecciones, cardiopatías descompensadas o en caso de alteraciones de la sensibilidad.
Recuerda, es importante consultar a un profesional de la salud o fisioterapeuta para obtener orientación específica sobre cuándo y cómo aplicar frío o calor según tu situación. Estas terapias pueden ser aliadas poderosas en tu camino hacia el alivio del dolor y una recuperación efectiva.

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